Por un lado, el hecho de que sobre un cultivo se apliquen determinados pesticidas o fertilizantes no implica que el grano tenga residuos de esos productos (mal llamados químicos). Por otro lado, es difícil generalizar sobre cantidades de fertilizantes y pesticidas aplicados en una región o país determinado. Puede ser que en un lugar se usen más herbicidas que en otro y que en el otro se use más insecticidas o fertilizantes, o que incluso haya diferencia entre los productos usados año a año. Todo dependerá del sistema de producción, el potencial de rendimiento según la región y la presión de plagas malezas y enfermedades que tenga el cultivo. Lo importante es que, en el mundo, hay límites máximos de residuos (LMRs) de pesticidas que se toleran y se usan de referencia para la comercialización del cereal. Por lo tanto, independientemente del sistema o lugar donde se produzca el trigo y de la cantidad de productos fitosanitarios que se usen sobre el cultivo, si hay residuos en los granos por debajo de los LMRs, los granos son seguros para consumo. Los LMRs son estándares internacionales y permiten el comercio internacional del cereal.