La importancia de las escuelas agrotécnicas

En el marco de la celebración del Día de la Enseñanza Agropecuaria queremos destacar el rol de las escuelas agrotécnicas que generan el arraigo de los adolescentes y jóvenes al territorio y enseñan, desde etapas tempranas, a producir y agregar valor a las materias primas provenientes del campo.
Enseñanza agropecuaria
Se refiere a la educación en aquellas áreas relacionadas con la agricultura y ganadería principalmente, pero también con otros sectores productivos como la horticultura, la apicultura y la gestión de empresas agropecuarias. Conmemora su día cada 6 de agosto y si bien en la actualidad la asociamos a las escuelas agrotécnicas, tiene su origen en la fundación de la primera escuela de Agronomía y Veterinaria que se instaló en Lavallol, Lomas de Zamora, en el año 1883, graduando en su primera promoción a diez ingenieros agrónomos y tres veterinarios.
Actualmente, cuando uno de cada cuatro jóvenes no tiene acceso a la educación secundaria, las escuelas agrotécnicas cumplen un rol fundamental, representando una alternativa educativa con arraigo regional. Estas escuelas deben cumplir una doble misión: lograr que los alumnos adquieran las capacidades requeridas para quienes egresan del nivel de educación media y asegurarles una formación técnico profesional que les permita su inserción en el ámbito de la producción agropecuaria.
¿Cómo funciona?
Las escuelas agrotécnicas vinculan la educación con la actividad productiva y desarrollan proyectos pedagógicos aplicables a las comunidades donde están insertas. Además, ofrecen múltiples servicios como análisis de suelo, agua, semillas o calidad de la leche o poseen laboratorios de cultivo in vitro para llevar a la comunidad plantines libres de enfermedades de diversas especies.
Un día en la vida de una escuela agrotécnica
Algunas de estas escuelas, la mayoría asociadas a los sacerdotes salesianos, tienen internado; es decir que los estudiantes viven allí de lunes a viernes.
Por lo general, en la mañana los estudiantes asisten a clases teóricas de la currícula oficial y de materias productivas específicas. Luego, almuerzan en el comedor escolar alimentos elaborados con materias primas producidas por ellos mismos y por la tarde realizan actividades de campo como atención y cuidado de animales, laboreo (siembra, cosecha, etc.) o producción de alimentos (queso, dulce de leche, conservas, aceite de oliva y yerba mate, entre otros).
Este estilo de enseñanza, que se imparte a más de 88 mil alumnos en casi 500 escuelas a lo largo y ancho del país, no solo crea valores como compañerismo, solidaridad y trabajo en equipo, sino que también genera cultura de trabajo y pertenencia a una comunidad.
¡Feliz día de la enseñanza agropecuaria!