¿Sabés qué es una dieta antiinflamatoria?

A menudo se confunde el término de alimentación o dieta antiinflamatoria con el de dieta hipofermentativa. ¿Sabés cuál es la diferencia entre estas dos?
Empecemos por la dieta antiinflamatoria…
El objetivo de este tipo de alimentación es lograr una mejora en la salud y en la calidad de vida. Se busca reducir o prevenir la inflamación crónica que puede estar dada por un estilo de vida poco saludable, por estrés crónico o bien, por la presencia de enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial y enfermedades autoinmunes.
Empecemos por el principio, ¿qué es la inflamación crónica?
La inflamación crónica es la respuesta prolongada en el tiempo de nuestro sistema de defensas a un agresor. Ante un problema agudo -como una gripe, por ejemplo-, se encienden las alarmas, el sistema inmunitario se activa, ayuda a reparar el daño y luego se apaga. Sin embargo, si esa alarma perdura sin apagarse, nuestro organismo seguirá produciendo estas células inflamatorias para defendernos, incluso si no hubiera ya peligro. Esta respuesta continua del sistema inmune puede dar lugar a distintas enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer, entre otras.
Y ¿Cuáles son los principios básicos de la alimentación antiinflamatoria para prevenirla?
Elegir alimentos que sean ricos en nutrientes y compuestos favorecedores para nuestra salud.
SE RECOMIENDA:
• Aumentar el consumo de frutas y verduras, que además de nutritivas aportan fibra, antioxidantes y fitoquímicos.
• Consumir pescados grasos, como el salmón, caballa, sardinas, atún, ya que nos aportan omega 3 -con propiedades antiinflamatorias-.
• Elegir aceite de oliva virgen extra (u otros aceites ricos en grasas monoinsaturadas, como el aceite de girasol alto oleico, por ejemplo) para condimentar (usar siempre en crudo idealmente) e incorporar frutos secos y semillas, como almendras, nueces, avellanas, lino y chía, entre otras. Nos aportarán grasas saludables, con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
• Preferir granos enteros, como quinoa, mijo pelado, avena arrollada, arroz integral, lentejas, porotos, garbanzos, en lugar de granos refinados.
• Sumar hierbas y especias, como la cúrcuma, el jengibre y el ajo que tienen propiedades antiinflamatorias.
• Elegir las carnes blancas (pescado y pollo) por sobre las rojas (vaca y cerdo), moderar las cantidades y sumar proteínas vegetales como la de legumbres, tofu y seitán, entre otras.
• Asegurarse una adecuada hidratación e incorporar ejercicio físico diario.
Asimismo, se aconseja disminuir o evitar el consumo de:
• Granos o hidratos de carbono refinados
• Azúcar y bebidas azucaradas
• Alcohol
• Alimentos con agregados de grasas no saludables, azúcares o sodio.
Y la inflamación crónica de la que hablamos, ¿es sinónimo de “hinchazón” o distensión abdominal?
NO. Cuando hablamos de inflamación crónica, hablamos como ya dijimos de un proceso inflamatorio a consecuencia de la actividad del sistema de defensas de nuestro organismo.
La “hinchazón” o distensión abdominal son síntomas provocados por la acumulación de gas en el intestino o bien, por retención de líquidos u otros problemas digestivos.
En este último caso, lo que se aconseja es una dieta HIPOFERMENTATIVA, no antiinflamatoria.
¿Y que es la dieta hipofermentativa?
La dieta hipofermentativa, por su parte, es aquella que busca reducir la fermentación colónica y facilitar la digestión y absorción de los alimentos y se aconseja en trastornos digestivos (como diarrea, distensión o “hinchazón” abdominal, meteorismo -o excesiva acumulación de gases-, etc.).
En este caso, se controlan aquellos alimentos que sean más fermentables y se individualiza en cada caso (ya que la tolerancia puede ser muy distinta en cada persona). También se aconsejan pautas conductuales para ayudar a la mejor digestión de los alimentos. Por ejemplo, comer despacio, masticar bien, hacer tiempo entre bocado y bocado, alejar los líquidos del momento de comer, entre otros.
La dieta FODMAPs, hoy bastante popular por ser de las más aconsejadas en el tratamiento del SIBO (sobrecrecimiento bacteriano), es una de las dietas hipofermentativas que existen. En ella se suprimen temporalmente fructanos, galactooligosacáridos, galactanos, fructosa, lactosa y polioles. Éstos se encuentran en alimentos como los lácteos, frutas, verduras, legumbres y algunos cereales. Luego de un período de entre 4 y 6 semanas, se van reincorporando alimentos y probando la tolerancia. Es fundamental que este tipo de dieta sea guiado por profesionales especialistas en el área.
Algunas de las patologías que pueden requerir una dieta hipofermentativa son el Síndrome de Intestino Irritable, el Sobrecrecimiento Bacteriano (SIBO), la diarrea crónica o patologías que cursen con malabsorción.
¿Y puedo o debo hacer una dieta hipofermentativa si quiero deshincharme?
Es importante, antes de restringir alimentos, hacer una consulta con un profesional e identificar la causa de las molestias que te aquejan.
Muchas veces, una alimentación poco saludable puede hacer que nos sintamos cansados, pesados y con poca energía. En este caso, lo mejor es comenzar a mejorar los hábitos alimentarios y del estilo de vida. Las pautas generales de la alimentación antiinflamatoria te ayudarán a mejorar el estado de salud en general sin restringir alimentos de forma innecesaria.
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