¿Son malos los conservantes?
No sólo no son malos sino que son necesarios. La conservación de los productos alimenticios ha permitido al hombre disponer de alimentos desde una cosecha hasta la siguiente. Por lo tanto, la función principal de la conservación es retrasar el deterioro de los alimentos y prevenir alteraciones de su sabor o, en algunos casos, de su aspecto. Este objetivo puede lograrse de distintas formas, gracias a procesos de tratamiento como el enlatado, la deshidratación (secado), el ahumado, la congelación, el envasado y el uso de aditivos alimentarios como antioxidantes o conservantes. Sin los conservantes, la cadena alimenticia no sería tan segura como lo es en la actualidad. Los nitratos y los nitritos, por ejemplo, utilizados en los alimentos elaborados nos protegen de Clostridium botulinum, una bacteria mortal, mientras que los inhibidores de las levaduras utilizados en los cereales contribuyen a detener el desarrollo de agentes cancerígenos que podrían provocar cáncer de estómago. Los conservantes, como otros aditivos alimentarios, deben ser aprobados por las autoridades regulatorias de cada país y figurar en la etiqueta de los alimentos. Más información en https://bit.ly/2Hlhu3G