¿Qué son los alimentos transgénicos?
El término “alimento transgénico” en general hace referencia a aquel alimento que deriva de un cultivo transgénico o genéticamente modificado (GM), como por ejemplo: el choclo, la polenta, los copos de maíz GM, la milanesa o el aceite de soja. En un sentido más amplio, el término “alimento transgénico” también podría incluir a aquellos alimentos en cuya fabricación se emplean ingredientes provenientes de cultivos GM (ej: lecitina de soja, jarabe de alta fructosa). En cualquier caso, el término “alimento transgénico”, si bien es muy usado, no es del todo correcto, ya que el organismo genéticamente modificado es el cultivo u organismo del cual se obtiene dicho alimento y no el alimento en sí mismo. En su lugar, sugerimos hablar de “alimentos derivados de organismos transgénicos”.
¿Te preocupa comer alimentos derivados de cultivos transgénicos? No deberías preocuparte, porque los cultivos genéticamente modificados autorizados para su comercialización producen alimentos seguros para el consumo humano y animal. Se han estudiado cuidadosamente y cumplen con las normas de seguridad ambiental y alimentaria establecidas por las agencias regulatorias de Argentina y del mundo. La evaluación de inocuidad de un alimento consiste en determinar si el nuevo alimento es igualmente seguro y no menos nutritivo que el producto homólogo convencional, que tiene historia de uso seguro. Se consideran tanto la nueva característica introducida como el cultivo o alimento completo, y se analizan diferentes parámetros, tales como la toxicidad, alergenicidad y composición. Los alimentos derivados de cultivos transgénicos no producen alergias y no hay ninguna razón científica para suponer que la ingesta de los nuevos genes y proteínas que aparecen en un cultivo transgénico puedan provocar cáncer. El cáncer es un nombre aplicado a un espectro de enfermedades en las que las células proliferan de manera anormal debido a factores genéticos y/o ambientales, entre los que se encuentran el humo del tabaco y los rayos UV del sol, por ejemplo.
Tal vez escuchaste hablar sobre un artículo de Seralini y colaboradores de 2012 que asociaba la presencia de tumores en ratas con el consumo de maíz transgénico, pero ese estudio fue desacreditado por fallas graves en la metodología y el análisis de los datos, por muchos grupos de investigadores e incluso removido de la revista científica donde había sido originalmente publicado.
Ya pasaron más de 20 años de la introducción del primer cultivo transgénico en Argentina y la evidencia que aportan los estudios científicos y expertos de todo el mundo es contundente: los productos de la biotecnología agrícola son tan seguros como sus contrapartes convencionales. Recordá: los cultivos transgénicos y sus productos son los más estudiados en la historia de la agricultura y de los alimentos, y a lo largo de todo este tiempo no se ha reportado ningún daño debido a su uso o consumo.