Comunicar alimentos y nutrición a las generaciones jóvenes en tiempos de scrolleo, videos, segundos de atención y posverdad

En esta sexta edición, disponible aquí participaron 63 personas de manera presencial, 125 personas de manera virtual y a dos días de haberse realizado el foro, el evento ya tiene más de 745 vistas en YouTube. El encuentro se trató sobre desafíos y estrategias para comunicar nutrición y hacer educación alimentaria a las generaciones más jóvenes quienes transitan hoy la infancia y la adolescencia. Se planteó la vital importancia de este tema mientras la realidad en Argentina muestra niveles altos de obesidad, hábitos de consumo de alimentos de consumo ocasional y bebidas azucaradas, con poca o ninguna actividad física en adolescentes.  

Referentes de la ciencia, la salud, la educación y la comunicación debatieron y compartieron ideas para que los nativos digitales accedan a información científica de calidad y puedan hacer sus elecciones alimentarias con conocimiento y herramientas de pensamiento crítico. A continuación, compartimos las principales conclusiones del foro. 

Escuchando a los más jóvenes

Para poder acercarnos a las generaciones más jóvenes, es fundamental delinear el perfil de la llamada “Generación Z”, de la misma forma que al comunicar un mensaje es necesario primero conocer a la audiencia que lo recibirá. Así, en un video inicial, aportado por el equipo de InfoAlimentos, se compartieron una serie de testimonios en primera persona de jóvenes consultados sobre «¿Cómo se informan sobre nutrición o alimentación?». Las respuestas fueron revelando algunas características:  no todos tienen interés en informarse, pero los que lo hacen, eligen plataformas digitales o siguen a referentes en redes sociales; algunos chicos y chicas dicen tener un adulto o un referente apto para abordar temas de nutrición en su vida cotidiana. Consultados para saber en quiénes confían y quiénes son estos referentes, el círculo es chico: nutricionistas, docentes, padres o madres, entre otros familiares. Por otra parte, la mayoría sigue a diversos influencers o divulgadores de mensajes relacionados con los alimentos. Varios dijeron estar interesados en recetas, demostrando que “el hacer” gusta a las generaciones más jóvenes que quieren participar, estar activas. Al mismo tiempo, pocos de los jóvenes entrevistados declararon haber participado en alguna charla sobre nutrición, aunque algunos dijeron que habían recibido la visita de un nutricionista en su escuela y en su club. Los chicos manifestaron no estar ajenos a la “infoxicación”, perciben informaciones cruzadas, exceso de información y estímulos y se preguntan “qué está bien y qué está mal” entre tantos contenidos que buscan entretener y lograr muchos “likes” en un “océano de pantallas”.

Comunicar entre streamers, Tik Tok, influencers y Taylor Swift

Valeria Groisman, licenciada en comunicación, periodista, docente universitaria y gestora cultural, abrió el foro con su presentación “Comunicar alimentos y nutrición a la generación de Tik Tok”, en la cual habló del contexto de comunicación y circulación de información en la que se mueven hoy lo jóvenes. 

La periodista introdujo una poderosa idea de Alessandro Baricco: “Acostúmbrense a pensar el mundo digital como un efecto, no como una causa”; “siempre ocurren primero las revoluciones mentales y luego las tecnológicas”, “Nosotros creamos la IA”, dijo Valeria. La desinformación, los consumos emocionales y la escasa atención aparecen como elementos que dificultan el óptimo acceso a la información y la educación alimentaria. Aunque exista evidencia disponible, se dificulta la distinción de la información de calidad porque estamos viviendo en tiempos de posverdad, entendida como “un clima en el que las emociones, las creencias y las opiniones pesan más que el dato o el hecho comprobable”. En este escenario, Valeria Groisman planteó que confrontar con las pseudo-verdades que cada persona cree es ineficaz. 

Agregó datos a los que debemos prestar atención a la hora de comunicar: 

• estamos en pleno auge de la cultura de la dopamina (la hormona del placer). Las tecnologías exitosas hoy son las que aumentan la dopamina (ej. apostar a un deporte, el click byte o “todo por un click”);
• buscamos recompensas inmediatas y por lo tanto, 
• son exitosos los contenidos de formatos cada vez más cortos y de gratificaciones del “toco y me voy”, con una media de atención a los contenidos de apenas 8 segundos

Así, la comunicación de temas complejos es difícil, aunque no imposible. 

En su presentación, Valeria Groisman también mencionó que las generaciones más jóvenes eligen los contenidos en videos cortos y reels, asumen que hay que “ver para creer” y no se alejan mucho de sus propios intereses a la hora de elegir contenidos. Internet es el vector para dos actividades fundamentales entre los más jóvenes: buscar información y principalmente, contactarse con sus pares, estar “en comunidad”. Los jóvenes buscan conectar con otros jóvenes. 

La sensación de que la generación Z está viviendo en su propia ucronía virtual, obligará a cada vez más esfuerzos para poder acercarse a ellos con un mensaje que los convoque y -sobre todo- que les comparta información certera en algo tan fundamental para su bienestar, como la alimentación y la nutrición de calidad. El mayor desafío será comunicar sabiendo que es necesario ayudarlos a desarrollar el pensamiento crítico, concientizar sobre riesgos y cuidados, pero, sobre todo: acceder a su confianza hablándoles en sus propios términos, comprendiendo sus códigos y conociendo sus intereses y capacidades.  

La presentación completa de Valeria Groisman está disponible aquí 

Los paneles del foro: el consultorio, las instituciones educativas y experiencias inspiradoras

Panel I: Los desafíos de educar a los más jóvenes en hábitos de alimentación saludables

Con los aportes de profesionales de la salud expertos en nutrición, el escenario de la Fundación Barceló se “convirtió en un consultorio” durante el primer panel, dijo el moderador, el Dr. Silvio Schraier. Se conversó sobre generar lazos de confianza entre los jóvenes, su entorno familiar y los profesionales de la salud. También, qué sucede durante la consulta médica, cuando llegan a la misma niños, niñas y adolescentes en compañía de padres y/o cuidadores. Dialogar, contener, intercambiar información, empoderar a padres, cuidadores y pacientes y la importancia de escuchar son algunos de los desafíos que tienen los profesionales de la salud en el ámbito de la consulta médica.

La Dra. Mabel Ferraro, médica Pediatra Especialista Universitaria en Nutrición, compartió su experiencia en el tratamiento de diabetes en la infancia y adolescencia, describiendo las particularidades que se dan en los más jóvenes. “La importancia de informar está a la par de acompañar” dijo la doctora. Los entornos de cuidado y las instituciones como la escuela deben estar en estado de apertura para las consultas y la capacitación, con consciencia de la responsabilidad que implica comunicar sobre alimentos y nutrición para cuidarse y saber cuidar a los demás, en caso que haya en dicha comunidad un niño, niña o adolescente con diabetes. “Donde está la necesidad está la oportunidad también” comentó Mabel, en relación a aquellas instituciones educativas donde hay una persona con diabetes; llegar allí con información para toda la comunidad es clave. 

La Lic. Juliana Gotta, Licenciada en Nutrición y Especialista en Nutrición Pediátrica comentó que, en su opinión, la educación alimentaria nutricional tiene que estar relacionada sí o sí con “el hacer” dejar de transmitir “teoría” o solo conocimientos sobre “esto te va a hacer bien” y mostrar más estrategias, actividades como cocinar, jugar, dependiendo de la edad. Juliana compartió una experiencia exitosa de educación alimentaria con pacientes pediátricos en diálisis. En dicha experiencia los profesionales de la salud notaron que solo brindar información no era suficiente, porque los pacientes y cuidadores sabían lo que debían hacer pero no lo llevaban a la práctica. Por lo tanto, redefinieron la estrategia de comunicación y pensaron otros canales y formatos: videos, juegos digitales, infografías y los resultados fueron mejores. También expuso cómo el acercamiento de los pacientes a una voz autorizada en salud nutricional se vuelve una necesidad evidente y así, propuso que los profesionales de la salud dejen de decir “este alimento es bueno o es malo” y utilicen una estrategia que ella llamó de “modelado” empezando por preguntar “¿qué se come en casa?”, ¿lo podemos mejorar?” “¿cómo”?. De esta manera se da participación al paciente y a su familia y/o cuidadores. 

La Dra. Irina Kovalskys, Médica Pediatra especialista en Nutrición y Doctora en Medicina, reforzó la importancia del rol profesional: “Cuando una familia viene a la consulta, ya hay una confianza que empieza a generarse. Es necesario que los profesionales abonemos esa confianza, sabiendo que los padres traen lo más preciado que tienen: la salud de sus hijos. Mantener y no defraudar la confianza es un gran desafío para los pediatras. El segundo desafío es generar información de forma gradual”. La administración y planificación de la información que se brinda en las consultas tienen que estar al servicio de “no marear” ni confundir, a veces luchando contra el propio impulso del profesional por exponer y resolver todas las complejidades en una primera consulta. Diseñar un plan de comunicación del tratamiento y empoderar a los padres que acuden a profesionales para acceder a una opinión autorizada por la experiencia médica, sin sobreinformar, ni patologizar, es el objetivo.

Panel II: Los desafíos de enseñar contenidos relacionados con ciencia, nutrición y pensamiento crítico

Si el panel I “fue un consultorio”, el panel 2 “fue una escuela”. Los jóvenes pasan muchas horas en instituciones educativas -colegios, universidades, clubes, etc.- y esto en muchos casos pone a los docentes, entrenadores y otras figuras adultas como guías y referentes, redefiniendo el lugar que ocupan estas personas ya no solo como docentes, sino también como confidentes, guías y cuidadores.  

La Ing. Florencia Guerrero, Ingeniera en Producción Agropecuaria y Profesora Universitaria para la Educación Secundaria y Superior, compartió su visión sobre la importancia de generar confianza en las aulas y estar a disposición, respetando la intimidad y la confidencialidad de los más jóvenes, sobre todo escuchándolos con plena atención y lucidez:  Cuando se genera ese espacio de confianza, los chicos se acercan y preguntan”, aunque los desafíos persisten: “No sé si siempre llegamos a todos los chicos, quizá lleguemos más a unos que a otros”, pero cuando los chicos se acercan a pedir ayuda o compartir una situación personal respecto a trastornos alimentarios, posibles patologías o cómo comer saludable, hay que aprovechar esa situación para cultivar un ambiente positivo de consultas, en palabras de Florencia: “Ese es un momento mágico y de mucha responsabilidad”, y destacó la importancia de formar gabinetes de especialistas interdisciplinarios y capacitación en instituciones educativas.

Las palabras de Florencia se complementaron con el testimonio de la profesora Vanesa Tronchoni, docente de Ciencias Sociales y Geografía en una escuela agrotécnica, quien destacó lo fundamental que es capacitar a los docentes para estar a la altura de las complejidades que la educación nutricional plantea. Incluso, cuando el docente no tiene las herramientas, trabajar en un acompañamiento proactivo, con escucha y humildad. La docente compartió anécdotas destacables como cuando un grupo de estudiantes vegetarianos decidió dejar el colegio agrotécnico cuando se faenaba animales, pero que al mes volvieron, luego de haber aprendido la importancia del respeto de las elecciones alimentarias de otras personas. Otra anécdota que compartió Vanesa fue una en la que recordó el momento en el que debió explicar a padres por qué se incluían ciertos alimentos en el menú del comedor escolar, situación que llevó al colegio a tener que brindar información acerca de la importancia de consumir legumbres y cómo cocinarlas. Asimismo, dijo que el menú del comedor escolar es un desafío y que en los últimos años necesitó mucha capacitación para brindar opciones para estudiantes con celiaquía y para estudiantes veganos y vegetarianos. 

El aporte de la licenciada en Educación Física y Deporte, Carolina Recalde, confirmó que la educación nutricional va sí o sí de la mano de la actividad física. La consiga es “cuerpo en movimiento”. Si las instituciones aprovechan el contexto de educación física y el interés que generan los deportes, las herramientas para difundir hábitos de alimentación saludables se multiplican y los más jóvenes se sienten convocados. ¿Por qué no aprovechar el deseo de sacar músculo que tal vez manifiesta un adolescente para hacer educación alimentaria? Carolina comentó: “Yo me suelo encontrar con gente que afirma no haber vuelto a tener actividad física desde que dejó la secundaria y tenía educación física como materia”. La escuela podría ser un ámbito donde se fomente el hábito de la actividad física y que dicho hábito persista a futuro. 

Amalia Aimaretti, Licenciada en Nutrición, especializada en Nutrición Clínica y miembro de Fundación Educacional, señaló que hay ciertos obstáculos para incluir educación alimentaria y nutrición en las currículas de materias escolares pero que dichos obstáculos pueden ser sorteados. Destacó que no solo se puede hacer educación alimentaria nutricional en el marco de materias como biología y ciencias naturales. Además, Amalia contó que - sin bien la ley de etiquetado frontal en Argentina exige que se haga educación nutricional en el ámbito escolar - esto aún no se ve, pero hay instancias en donde la misma puede llevarse a cabo. “Educación Alimentaria Nutricional” no existe dentro de la currícula formal de Argentina pero sí se encuentran “huecos” u oportunidades para facilitarle el trabajo al docente que a veces no sabe o no puede insertar el contenido si el mismo no está dentro de su planificación.  Por ejemplo, en el marco de las Ciencias Naturales en 5to año de educación primaria en Argentina, se ve alimentación saludable, pero antes se ha perdido un tiempo valioso. Por lo tanto, hay que encontrar espacios alternativos. Un ejemplo es en el marco de la ESI (Educación Sexual Integral) en primaria y jardín de infantes, espacio en el que que se promueve el autocuidado y el cuidado del cuerpo. También se puede abordar desde las matemáticas (ej. contabilizar la cantidad de azúcar en jugos y gaseosas y hacer esquemas y gráficos). Amalia incluso mencionó que en una escuela hicieron un “rap nutricional” en la clase de música. La ventaja, comentó Amalia, es que el tema de la nutrición y los alimentos es muy versátil y, si los profesionales de la salud y los docentes trabajan en estrecha alianza, se pueden generar muchos contenidos y actividades atractivas. 
  

Panel III: Experiencias inspiradoras

En este panel se presentaron dos proyectos de capacitación y educación alimentaria nutricional.

La Lic. Luciana Zonis, compartió su experiencia con el proyecto SALTEN (Sanos, Activos, Libres de Enfermedad Crónica No Transmisible), que fue una intervención multidisciplinaria dirigida a promover hábitos saludables en niños y niñas en edad escolar en escuelas de Morón, prevenir la obesidad y fomentar la actividad física. 

La licenciada en nutrición, María Dolores Fernández Pazos, reforzó la importancia de analizar los contenidos que circulan en redes y medios de comunicación para darles herramientas a las personas para que ellas mismas puedan distinguir la desinformación o información falsa de la información de calidad. En este marco, María Dolores presentó el Taller de lectura crítica de InfoAlimentos, en el que participa como docente. Compartió el concepto clave de “bailar con la resistencia”, ya que en su experiencia, desacreditar los mitos o la mala información que ya fue incorporada puede resultar un enfoque hostil para el paciente o consultante y no es la mejor manera de convocar a la reflexión sobre los propios hábitos de alimentación o generar un cambio. 

Por su parte, el Lic. Jorge Nuñez, como experto en publicidad y comunicación, volcó en el panel su experiencia a la hora de comunicar mensajes a las generaciones más jóvenes. Aportó que una manera eficaz de generar mensajes es desarticular la verticalidad que rige en las estructuras de comunicación institucional; los jóvenes exigen horizontalidad. Esto haría posible acortar las distancias generacionales, comunicándose de manera amigable con los jóvenes, que tienen valoraciones propias y distintas a las de los adultos. No se trata ya de demonizar la virtualidad o lo digital, sino de entender cómo es la realidad de los más jóvenes para “entrar en su mundo” con mensajes que favorezcan su salud y bienestar. Como experto en comunicación y marketing, Jorge compartió algunos de los valores más destacados de las nuevas generaciones: empoderamiento, experimentación, autoexpresión, libertad para expresar la identidad, intercambio, pertenencia a una “tribu”, conexión con otros. 

Esta crónica resume el rico intercambio entre los panelistas, presentadores y participantes del foro. Los invitamos a ver las presentaciones, materiales y el video completo en este link

 

¡Hasta el año próximo!

 

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