Josephine Garis Cochrane (1839-1913). Inventora, hoy tal vez la llamaríamos diseñadora industrial
¿Sabías que gracias a Josephine Garis Cochrane hoy no necesariamente tenemos que lavar los utensilios de cocina a mano?
Josephine vivió gran parte de su infancia con su padre, John Garis, un ingeniero hidráulico que le inculcó el interés por la ingeniería y la mecánica.
A los 19 años se casó con William Cochran, un hombre de negocios y de la política, del que adoptó su apellido añadiéndole una “e” al final. Por lo que se convirtió en una dama de la alta sociedad y, por ende, en una gran anfitriona.
Si bien en la casa de Josephine el personal de servicio era el encargado de lavar los platos que se ensuciaban en las veladas, la ruptura de muchas piezas de su valiosa y lujosa vajilla fue para ella un problema y, es por ello que decidió diseñar una máquina que lavara su vajilla.
Dentro de una caldera de cobre, dispuso una rueda con una serie de compartimentos en los que cupieran a la perfección platos, vasos y otros utensilios. Dicha rueda se movía gracias a un motor mientras entraba y salía por distintos conductos agua con jabón. Inmediatamente, su invento llegó a oídos de hoteles y restaurantes de la zona, lo que la obligó a patentar y fabricar, de manera masiva, su máquina lavavajillas.
Posteriormente, fundó la Compañía Garis-Cochrane que fue el origen de la aún vigente empresa Whirlpool.
Hoy damos por sentado que el lavavajillas es un electrodoméstico que algunas personas tienen y utilizan, sin embargo, pocos sabíamos que una mujer fue su inventora.
¡Gracias Josephine!
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