Marie-Anne Pierette Paulze (1758-1836). Madre de la química y de la nutrición
¿Qué tienen en común tu mamá cuando te dice “¡comé! porque necesitás energía” y una joven traductora y dibujante con alma de científica llamada Marie-Anne Pierette que vivió en el siglo XVIII?
Marie-Anne, también conocida como Marie Lavoisier o Madame Lavoisier, fue la esposa del químico Antoine-Laurent Lavoisier. Marie-Anne se educó en un convento y allí pudo acceder a una educación sobresaliente. Dadas sus cualidades y habilidades intelectuales, su formación fue consolidándose de tal modo que adquirió más tarde fama de mujer culta y erudita, dominaba varios idiomas, por ejemplo el latín, el francés y el inglés, estudió pintura y se convirtió en una muy buena dibujante y grabadora.
Todas estas cualidades fueron claves en su futuro como esposa de Antoine-Laurent Lavoisier, con quien se casó con apenas 14 años, mediante un matrimonio arreglado como era costumbre en la época, pero que resultó en un buen equipo.
Marie traducía trabajos científicos, anotaba observaciones, dibujaba diagramas y figuras y elaboraba informes sobre los experimentos que realizaban junto a su marido. Para traducir un texto científico se requiere, además de conocimiento del idioma, comprender lo que se está traduciendo, cosa que Marie hacía perfectamente. Sus dibujos y grabados mostraban de lo que era capaz en cuanto a detalle y precisión, no sólo para mostrar los instrumentos utilizados, sino también para mantener registros claros y específicos de los procedimientos que se seguían.
A través de este trabajo en equipo, Marie y su marido brindaron un gran aporte al mundo de la ciencia. Juntos provocaron una transición fundamental en la química, al sustituir los viejos principios de la alquimia por reglas científicas sistemáticas. Es por ello que algunos llaman a Marie “Madre de la química” (y a Lavoisier, el padre).
A este gran equipo le debemos: el nacimiento de la química como ciencia exacta reemplazando a la “mágica” alquimia, y los primeros conocimientos sobre los detalles del metabolismo. Lavoisier, al comparar la respiración animal con una combustión, estableció que los alimentos son combustibles, es decir, sustancias que al ser oxidadas en el organismo suministran la energía necesaria para su mantenimiento.
Cuando hoy decimos “los alimentos son fuente de energía”, quizás estamos citando una conversación entre Marie y a su esposo o tal vez “leyendo” algunas de sus traducciones.
Hoy damos por sentado que la química es una ciencia y que los alimentos son fuente de energía, sin embargo, pocos sabíamos que una mujer fue quien hizo posible que esto se sepa. ¡Gracias Marie-Anne!
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