ALIMENTACION SALUDABLE: su importancia para la prevención del cáncer
Argentina está posicionada como uno de los países con incidencia media-alta de cáncer: la tasa ajustada por edad fue de 212,4 casos por 100.000 habitantes, según los últimos datos de la IARC (siglas en inglés de International Agency for Research on Cancer) del año 2020 y han ocurrido, en ambos sexos, 130.878 nuevos casos de cáncer en ese mismo año.
De acuerdo con el 3er Panel de Expertos llevado a cabo por el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (en inglés, World Cancer Research Fund - WCRF) y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (en inglés, American Institute for Cancer Research - AICR), el desarrollo del cáncer es resultado de una compleja interacción entre: a) alimentación, nutrición, actividad física y otros componentes del estilo de vida con b) factores propios del huésped (como la genética, la microbiota, la edad, etc.) y c) la exposición a factores ambientales (como contaminantes en alimentos, virus, radiaciones, tabaco, etc.).
Por lo tanto, para focalizar en la prevención, debemos pensar en los ejes potencialmente modificables de esta interacción. Contemplaremos entonces cambios en el estilo de vida – alimentación, actividad física, hidratación, descanso y salud mental – y el evitar la exposición a factores ambientales potencialmente dañinos.
Al día de hoy, existe suficiente evidencia científica que demuestra que seguir una alimentación saludable, realizar actividad física de manera regular y mantener una composición corporal adecuada son factores clave en la prevención del cáncer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse.
Debido a la potencial acción preventiva de la alimentación y el estilo de vida contra el cáncer, el WCRF y el AICR han elaborado recomendaciones para la población general.
Entre éstas se destacan: limitar el consumo de alcohol, mantener un peso y composición corporal saludable durante toda la vida, caminar más - sentarse menos, consumir una dieta rica en cereales integrales, verduras, frutas y legumbres, elegir carnes frescas, cuidando sus formas de cocción, en lugar de procesadas y limitar el consumo de comidas rápidas, de alimentos ricos en azúcares, sodio y grasas saturadas y de bebidas azucaradas. Podes ver todas estas recomendaciones y más en el siguiente link: https://www.wcrf.org/dietandcancer/cancer-prevention-recommendations.
Existe evidencia sólida y creciente acerca de la relación entre mayor porcentaje de grasa corporal y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Es por ello que se recomienda lograr y/o mantener un peso y composición corporal saludable. Esto potencia la necesidad de llevar a cabo una alimentación completa, balanceada y rica en fibra alimentaria, sumado a la necesidad de realizar actividad y el ejercicio físico, dormir al menos 6-8hs diarias, tomar abundante cantidad de agua y contemplar actividades que nos ayuden al manejo del estrés.
Asimismo, en los últimos años ha habido un viraje en el foco de la búsqueda de “culpables” entre alimentos y nutrientes cuando hablamos de cáncer. Durante años, existió (y todavía persiste) lo que podríamos llamar una visión reduccionista, que apelaba a que “X” nutriente/alimento predisponía al desarrollo del cáncer o que alimentaba tumores. Hoy en día, diversos autores proponen una mirada más holística: pensar en el todo, no en un solo culpable. Es así que la propuesta actual consiste realizar cambios en los patrones alimentarios y no fomentar la exclusión de nutrientes o alimentos particulares.
Para saber qué patrones alimentarios deberíamos elegir, debemos tener en cuenta las recomendaciones mencionadas anteriormente. Algunos de los patrones alimentarios que responden a estas recomendaciones son la Dieta Mediterránea, la Dieta DASH, la Alimentación Basada en Plantas, entre otras.
En Argentina, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) también tiene recomendaciones y abundante información sobre este conjunto de enfermedades y su prevención (ver http://www.msal.gov.ar/inc/acerca-del-cancer/factores-de-riesgo-y-prevencion/).
¿Qué pasa con el mate?
El consumo de mate ha sido asociado al cáncer de esófago (carcinoma de células escamosas). El efecto carcinogénico se asocia al hábito de consumirlo a temperaturas muy altas (más de 70°C), lo que puede causar una lesión crónica de la mucosa que puede promover la tumorigénesis en la boca, la faringe, la laringe y el esófago.
Es reconocido que el consumo de mate es una práctica tradicional principalmente en América del Sur, en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, se recomienda no consumir mate con agua casi hirviendo para prevenir lesiones.
Otras recomendaciones para reducir el riesgo de cáncer son:
- tener el calendario de vacunación completo,
- asegurar que los niños estén vacunados contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano o VPH,
- evitar la exposición a agentes carcinógenos presentes en el aire, el agua y el suelo,
- no fumar,
- evitar la exposición al tabaco y permanecer en ambientes libre de humo,
- evitar la exposición a la luz solar entre las 10 y las 16 horas y utilizar protector solar,
- realizarse controles de manera periódica.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el marco del 4 de febrero, Día Mundial contra el Cancer, comparte el Código Latinoamericano y Caribeño contra el Cáncer. El mismo propone 17 acciones para llevar a cabo. Podés leerlo en el siguiente link: https://www.paho.org/es/codigo-latinoamericano-caribeno-contra-cancer
Nota: El 4 de febrero de cada año se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer.
Referencias:
- Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Secretaría de Gobierno de Salud. Instituto Nacional del Cáncer (INC). BOLETÍN VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA. Análisis de Situación de Salud por Cáncer. Argentina, 2018. Un aporte para la toma de decisiones en salud pública basadas en información. Disponible en: http://www.msal.gov.ar/inc/recursos-de-comunicacion/analisis-de-situacion-de-salud-por-cancer-argentina-2018/
- Lauby-Secretan B, Scoccianti C, Loomis D, et al. Body Fatness and Cancer - Viewpoint of the IARC Working Group. N Engl J Med 2016; 375:794-8. Disponible en: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMsr1606602
- World Cancer Research Fund. American Institute for Cancer Research. Continuous Update Project (CUP). Recommendations and public health and policy implications. 2018. Disponible en: https://www.wcrf.org/sites/default/files/Cancer-Prevention-Recommendations-2018.pdf
- Rock, C. et al (2020) American Society Guideline for Diet and Physical Activity for Cancer Prevention
- Arends, J. et al. (2017) « ESPEN Guidelines on Nutrition on Cancer Patients » Clinical Nutrition 36; 11e48
- Heather, G. et al (2019) “Helping Patients Eat Better During and Beyond Cancer Treatment” The Cancer Journal Vol.25, No.5: 320-328
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