Falafel: fast food oriental y super nutritivo

El falafel es una croqueta de habas o garbanzos molidos y mezclados con especias como comino, cilantro, ajo y cebolla, típica de la comida oriental, pero cada vez más popular en la gastronomía general. 

Se cree que proviene de la región de Nilo, en Egipto, pero lo cierto es que el origen es incierto. Su popularidad se ha ido incrementando y cada vez somos más los que podemos disfrutar de ellos. 

En muchas partes del mundo, el falafel es una comida rápida y económica. Puede consumirse dentro de un pan de pita o bien en un bowl/tazón con ensaladas, tahini (pasta de sésamo) u otras salsas (como yogur natural con limón y cibulette o cilantro).

Además de ser una opción “rápida” y económica, el falafel cuenta con más ventajas: su versatilidad y sus aportes nutricionales. 

• Versatilidad: como ya dijimos, su popularidad se ha ido incrementando a lo largo del mundo, y se los puede encontrar en diversas combinaciones: en ensaladas, en pokes vegetarianos/veganos, en sándwiches y como ingredientes de una picada, entre otros.  Hoy en día hasta existen premezclas de falafel a las que sólo debe agregarse agua y cocinar (hornear o freir). 

• Aportes nutricionales: además de ser una gran fuente de proteínas de origen vegetal, aporta hidratos de carbono complejos y de lenta absorción (ideal para quienes cuidan sus glucemias), vitaminas del complejo B y minerales como hierro (¡sólo hay que acordarse de acompañar con limón o alguna fuente de ácido cítrico, para absorberlo mejor!). Por último pero no por eso menos importante, aporta fibra alimentaria, muy beneficiosa para nuestro organismo. 

El falafel es una opción ideal para incorporar en nuestra alimentación y sumar ideas nutritivas y originales. Y, además, si partimos de garbanzos y condimentos libres de gluten, es una excelente forma de incorporar platos libres de gluten y ricos en fibra.

El 18 de marzo de cada año celebramos el Día Internacional del Falafel. 
 

 

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