Adolescencia: un momento oportuno para promover una alimentación saludable

Adolescencia: ¡tiempo de grandes cambios!, inclusive en la alimentación. Los adolescentes suelen experimentar una serie de cambios en sus hábitos alimentarios que impactan en su salud a corto plazo y que inclusive pueden perdurar hasta la adultez. Es por ello que la adolescencia es un período oportuno para promover una alimentación saludable. En esta nota te invitamos a conocer algunas características de la alimentación en la adolescencia y recomendaciones para mejorarla.

La adolescencia es un período de la vida que inicia, aproximadamente, a los 10 años y finaliza alrededor de los 19 años en ambos sexos. Durante esta etapa se producen muchos cambios físicos y una aceleración del crecimiento, lo que conlleva a que muchos adolescentes tengan una mayor preocupación por su imagen corporal.

Esta preocupación por la imagen, sumada a la presión social por ser delgados o musculosos, suele llevar a los adolescentes a hacer modificaciones en sus hábitos alimentarios y conducta alimentaria. Un ejemplo es que algunos adolescentes comienzan dietas de moda o adoptan modos de vida que los influencian (como determinadas dietas o "tribus alimentarias").

Además, los cambios físicos que ocurren en la adolescencia (ej. la aparición de los caracteres sexuales secundarios)  inciden en la alimentación y se observa un aumento del apetito. También, ciertos hábitos característicos de esta etapa pueden influir de manera negativa en la alimentación como, por ejemplo: las mayores posibilidades de comer fuera de casa o solos, la mayor disponibilidad de dinero y el fácil acceso a alimentos menos saludables. 


¿Cómo comen los adolescentes en Argentina? ¿Hacen actividad física?

Según datos publicados en el Reporte de Resultados 2023 de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) y UNICEF, la malnutrición por exceso en adolescentes está en aumento en todos los grupos                socioeconómicos, evidenciándose, sin embargo, un 58%  más de probabilidad de desarrollo de la misma en niveles socioeconómicos más bajos, con respecto a los altos.  

Los resultados de la última Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE), realizada en el año 2018, el 37,7% de los adolescentes argentinos de 13 a 17 años presentaron exceso de peso (sobrepeso: 30,3% + obesidad: 7,4%). Al analizar según género, se halló que el exceso de peso fue mayor en los varones (sobrepeso: 35,1% + obesidad: 9,8%) que en las mujeres (sobrepeso: 25,9% + obesidad: 5,2%).

Por su parte, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS) 2, publicada en 2019, informó una prevalencia de obesidad del 17.2% (IC 15.7-18.7) en el grupo de adolescentes de 13 a 17 años.

Además, respecto al patrón alimentario, se observó en ésta última queniños, niñas y adolescentes (NNyA) cubrieron su aporte calórico principalmente con alimentos de consumo opcional (34.5%), en segundo lugar con el grupo de almidones (legumbres, cereales, papa, pan y pastas) (22.6%), luego con carnes y huevos (13.2%), posteriormente con lácteos (12.1%), seguido de aceites, semillas y frutos secos (8.7%), bebidas sin alcohol (5.6%) y, por último, frutas y verduras con un aporte de tan sólo el 3.3% de la energía diaria. 

La EMSE no muestra un escenario muy alejado.  La semana previa a la realización de la encuesta:

- solo el 21,0% consumió frutas 2 o más veces por día.

- solo el 10,5% consumió verduras 3 o más veces por día.
- el 9,9% consumió comidas rápidas (fast food) 3 o más días, siendo mayor en el grupo de 13 a 15 años (10,7%) que en los de 16 - 17 años (8,4%).
- el 33,2% consumió bebidas azucaradas 1 o más veces al día.

Solo el 16,5% fueron físicamente activos al menos 60 minutos por día durante la semana anterior a la encuesta, siendo más alto el porcentaje en varones que en mujeres (20,4% vs 12,9% respectivamente).

El 55,3% pasaron 3 o más horas al día sentados fuera del horario escolar, este indicador de comportamiento sedentario fue mayor en las mujeres que en los varones (57,7% vs 52,8% respectivamente).

Por otro lado, según los resultados de la 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2), publicados en 2019, los niños y adolescentes argentinos de 5 a 17 años consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería o de copetín y el triple de golosinas en comparación con los adultos. 



Cambia todo cambia 

En la adolescencia suelen aparecer los siguientes cambios de hábitos alimentarios y de la conducta alimentaria:

- Salteo del desayuno
Debido a cambios en el reloj biológico, los adolescentes suelen acostarse más tarde y, tanto por dormir unos minutos más o por falta de apetito al levantarse cansados, suelen comenzar a saltear el desayuno. La falta del hábito del desayuno se asocia al aumento de peso en adolescentes. El desayuno tiene varios beneficios: aporta nutrientes fundamentales, mejora el rendimiento cognitivo y físico y evita o disminuye el consumo de alimentos menos saludables. Se aconseja que esté compuesto por frutas, cereales integrales y lácteos o alguna fuente de proteína de buena calidad, ya sea animal o vegetal. 

- Aumento del consumo de comidas rápidas (fast food)
Estas comidas tienen un elevado contenido de energía (kilocalorías), grasas saturadas y sodio y un bajo contenido de vitaminas y minerales. Se recomienda consumirlas de manera ocasional (no diaria) y con moderación.

- Aumento del consumo de snacks, golosinas y galletitas dulces 
Estos alimentos tienen un elevado contenido de energía (kilocalorías), grasas saturadas, azúcares y sodio. Se recomienda consumir alimentos más saludables y nutritivos como frutas frescas, desecadas o secas, frutos secos y/o cereales.

- Aumento del consumo de bebidas azucaradas (gaseosas y jugos)
El alto consumo de bebidas azucaradas se asocia con: a) sobrepeso u obesidad debido a la energía (kilocalorías) extra que aportan, b) desplazamiento del consumo de agua y leche, y c) caries dental. El consumo de bebidas azucaradas debería ser ocasional (no diario) y limitado. Se recomienda el agua como bebida de elección.

- Inicio de determinadas dietas 
Los adolescentes suelen iniciar determinadas dietas como: dieta para aumentar masa muscular, dietas de moda o extremas o dietas que respondan a las creencias de alguna "tribu alimentaria", en respuesta a la presión o influencia social que perciben. Además, en la mayoría de los casos, los adolescentes realizan estas dietas sin supervisión de un profesional de la nutrición. Esta conducta alimentaria puede poner en riesgo su salud, es por eso que es importante estar atentos a los cambios que se observan en la forma en la que se están alimentando y en el caso de que los adolescentes decidan iniciar una dieta se sugiere consultar previamente con un profesional de la nutrición.

Por todos estos cambios, resulta difícil que los adolescentes cubran sus necesidades diarias de algunos nutrientes que son esenciales en esta etapa como calcio, hierro y zinc.

- Calcio
Las necesidades de calcio son mayores durante la adolescencia debido a la aceleración del crecimiento muscular y esquelético. Es por ello que durante la adolescencia se recomiendan consumir 3 porciones de lácteos (leche, yogur y queso). En el caso de que los adolescentes no quieran consumir lácteos, existe una variedad de otros alimentos fuentes de calcio: lácteos y derivados, pescados (con espinas como sardinas), verduras de hojas verdes (como repollo, brócoli, kale), semillas (como semillas de sésamo), frutos secos (como almendras), legumbres (como porotos), alimentos y bebidas fortificadas con calcio (como jugos de frutas y cereales para el desayuno).

- Hierro
Las necesidades de hierro aumentan debido a la mayor síntesis de masa magra (formada por músculos principalmente) y de hemoglobina. Además, los ciclos menstruales aumentan las necesidades de hierro en las mujeres. Alimentos fuentes de hierro: vísceras, carnes rojas, pescados, carne de aves, huevo, legumbres y verduras de hojas verdes (espinaca, acelga), harina enriquecida con hierro.

- Zinc
El zinc es esencial para la maduración sexual y el crecimiento. Alimentos fuentes de zinc: carnes rojas, pescados y mariscos, carne de aves, legumbres, granos o cereales integrales.


Si bien los buenos hábitos alimentarios y de vida comienzan en casa, una manera de promover una alimentación y hábitos de vida saludables en la adolescencia es a través de la educación alimentaria-nutricional en el ámbito escolar.


Referencias

- Setton, D., Fernández, A. Nutrición en Pediatría. Bases para la práctica clínica en niños sanos y enfermos. 2da. Edición. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana; 2021.
- Healthy Children (American Academy of Pediatrics). Adolescente. Nutrición. Disponible en: https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/teen/nutrition/Paginas/default.aspx 
- Ministerio de Salud. Encuesta Mundial de Salud Escolar 2018 - Resumen ejecutivo. Disponible en: https://bancos.salud.gob.ar/recurso/encuesta-mundial-de-salud-escolar-2018-resumen-ejecutivo

- UNICEF/FIC Argentina (2023). Situación alimentaria de niños, niñas y adolescentes en Argentina, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, abril de 2023, UNICEF/FIC Argentina. Disponible en https://www.unicef.org/argentina/informes/situacion-alimentaria-de-ninios-ninias-y-adolescentes


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