“Quimofobia”: ¿deberíamos preocuparnos por la presencia de químicos en los alimentos?
Los “químicos” suelen tener mala prensa y son acusados de ser peligrosos o dañinos. Raramente escuchamos hablar de los químicos que curan infecciones, protegen los cultivos o lubrican motores. Esto se debe a que a esos químicos los llamamos “antibióticos”, “productos fitosanitarios” o “aceites”, respectivamente.
Debido a esta mala prensa, para muchos consumidores "químicos" es una mala palabra, probablemente porque la relacionan a lo sintético (hecho por el hombre) o agregado a los alimentos, como opuesto a lo natural. En consecuencia, han surgido una serie de mitos alrededor de los químicos que los especialistas están tratando de desterrar.
Mito 1. Podemos tener una vida “100% libre de químicos”
Todo, inclusive el aire que respiramos, el agua, los alimentos y nuestro mismo cuerpo, contiene sustancias químicas. Si la preocupación de los consumidores gira alrededor de la presencia de sustancias químicas en los alimentos, es recomendable conocer que todos los alimentos contienen químicos en su composición de manera natural (por ejemplo: agua, hidratos de carbono, proteínas, grasas, pigmentos, etc.) y, en muchos casos, también tienen químicos agregados. Estas sustancias químicas que se agregan desempeñan un importante papel en la producción y conservación de los alimentos: alargan su vida útil, los hacen más atractivos, aportan colores, sabores y aromas y ayudan a evitar la proliferación de patógenos. En conclusión, nuestra dieta está compuesta de químicos, independientemente si preferimos consumir productos orgánicos, comer lo que cultivamos en la huerta de casa o comprar nuestros alimentos en el supermercado.
Mito 2. Los productos químicos presentes naturalmente en los alimentos son inocuos, mientras que los agregados (sintéticos, hechos por el hombre) son peligrosos.
Existe una tendencia a creer que lo natural es “bueno” y “lo artificial” no. En realidad, la peligrosidad de un compuesto químico nada tiene que ver con su origen (natural o sintético). De hecho, hay compuestos de origen natural muy tóxicos (como la cafeína y la solanina de la papa) y productos sintéticos con muy baja toxicidad (como el teflón y el aspartamo). “La dosis hace al veneno”, dijo hace más de 500 años Paracelso, padre de la toxicología. Sólo para dar un ejemplo, el tiopental sódico (o tiopentato de sodio), anteriormente utilizado para inyecciones letales, es tan tóxico como la amigdalina, una sustancia natural presente en las almendras y las manzanas. Sin embargo, como en estos alimentos la amigdalina se encuentra en dosis muy pequeñas, no tiene efecto negativo para nuestra salud.
Mito 3. Comemos frutas y verduras que contienen restos de sustancias químicas peligrosas para nuestra salud.
Este mito circula en relación a los productos utilizados para cuidar la salud y la calidad de los cultivos (también conocidos como agroquímicos, plaguicidas, pesticidas, etc.). Los productos fitosanitarios tienen un marco regulatorio para su experimentación, aprobación y uso que es de aplicación internacional. En Argentina este marco funciona en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), organismo que se ocupa de evaluar la seguridad de los productos fitosanitarios a través de un gran número de estudios diseñados para determinar sus efectos potenciales sobre la salud de las personas y animales, y el ambiente. Podemos comer con tranquilidad cereales, frutas y verduras que han sido tratados con productos fitosanitarios, porque este aspecto está contemplado durante el proceso regulatorio y la presencia de productos fitosanitarios en los alimentos está controlada a lo largo de la cadena de producción. Los productos fitosanitarios pueden ser absorbidos o quedar en la superficie de la planta. Sin embargo, la cantidad inicial de producto fitosanitario que queda luego de la aplicación se reduce durante el ciclo del cultivo y las cantidades que quedan en las superficies comestibles son mínimas y, generalmente muy por debajo de los niveles de residuos permitidos y establecidos como seguros para la salud.(Para más información, podés leer http://infoalimentos.org.ar/temas/inocuidad-de-los-alimentos/165-el-debate-sobre-los-agroquimicos-y-los-alimentos)
Mito 4. Los químicos en los alimentos pueden causarnos enfermedades
Frases como estas ganan espacio en la prensa, se convierten en mitos, mientras que la realidad es que hay muchas más posibilidades de contraer una enfermedad o infección por la presencia de bacterias en alimentos, que por la presencia de una sustancia química determinada. Se estima que el 50% de las enfermedades contraídas por ingesta de alimentos tienen origen en una higiene incorrecta de manos y utensilios, contaminación cruzada (mezclar crudos con cocidos) y el corte de la cadena de frío de ciertos alimentos.
Mito 5. Hay que lavar bien las frutas y verduras para eliminar restos de químicos
Es cierto que la correcta higiene de frutas y verduras es muy importante para evitar la transmisión de enfermedades por contaminación microbiana, especialmente las verduras de hoja. Las frutas y verduras son susceptibles a tener residuos de tierra, insectos, microorganismos dañinos (patógenos), entre otros contaminantes, por lo tanto, el lavado de frutas y verduras es una práctica indispensable y recomendable antes de prepararlas y/o consumirlas. Sin embargo, si la preocupación radica en la posible presencia de residuos de productos fitosanitarios en los alimentos, es importante saber que éste es uno de los aspectos que se tiene en cuenta cuando se autoriza el uso de un determinado producto fitosanitario. En Argentina, el SENASA, después de ensayos regulados y evaluaciones exhaustivas, determina la cantidad máxima que se puede tolerar de un producto fitosanitario en los alimentos para que no cause ningún daño a la salud. Para ello, se adecúa a los lineamientos de la FAO y la Organización Mundial de la Salud. Si te interesa en particular este punto, te sugerimos leer http://infoalimentos.org.ar/temas/inocuidad-de-los-alimentos/221-el-senasa-controla-la-inocuidad-de-las-frutas-y-hortalizas. Los residuos mínimos de productos fitosanitarios que puedan llegar a estar presentes en frutas y verduras no representan un riesgo para la salud. Más información en http://infoalimentos.org.ar/temas/inocuidad-de-los-alimentos/324-el-lavado-de-frutas-y-verduras-una-practica-indispensable-antes-de-prepararlas-y-o-consumirlas
Más allá de lo que afirme la ciencia, las preocupaciones de los consumidores son genuinas y deben ser escuchadas, todos queremos alimentarnos mejor y seguro y tenemos derecho a estar correctamente informados. Por esta razón, el desafío de la comunidad científica es informar y concientizar para tranquilizar y prevenir.
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