Temporada de sopa, temporada de calabaza

Los días fríos y lluviosos nos invitan a tomar sopa y una de las más consumidas es la crema de calabaza. Este fruto, típicamente invernal, tiene entre sus mayores adeptos a la popular cantante Taylor Swift, quien dijo “¡Me encantan los aromas del invierno! Para mí, se trata de la sensación que tienes cuando hueles a calabaza, canela, nuez moscada, pan de jengibre y abeto” A Taylor la conocés, ¿a la calabaza también?


Hay calabazas y calabazas. También calabacines

Las calabazas son especies de la familia cucurbitácea, la misma de los melones y las sandías. Estas plantas son trepadoras y por eso tienen “zarcillos” que les permiten agarrarse a otras plantas o soportes y trepar, aunque actualmente se las cultiva de manera que se extiendan por el suelo y no en altura.

Se cultivan desde los inicios de la agricultura, hace más o menos 10 mil años, y la que nos convoca en la nota de hoy es Cucurbita moschata, más conocida como calabaza butternut, anco o anquito.

El término calabaza es genérico y se usa para nombrar a una gran variedad de frutos de cucurbitáceas como la calabaza rayada, la calabaza de Halloween, el anco por supuesto y los calabacines o zuchinis.


Comestible al 100%

Si bien todas las calabazas son aptas para preparar sopas, la butternut es la elegida por los argentinos y por otros consumidores y productores del mundo. Esta preferencia radica en dos razones: es resistente a los hongos del suelo (se incrementan los rendimientos al no perder plantas) y tiene frutos de tamaño mediano (1,5-2 kg) los que normalmente se comercializan enteros, evitando desperdicio.

Es una especie invernal de climas templados que da frutos en forma de pera. Estos son fuente de vitaminas A, B y C, aminoácidos esenciales y carbohidratos. Las semillas aportan aceites (omega 3 y 6) y proteínas. También se consumen las flores frescas fritas u horneadas. Los nativos americanos cultivaban calabazas originalmente por sus semillas, altamente apreciadas porque creían que contribuían a la fertilidad. Mucho después incorporaron la pulpa en su dieta.

El color de los ancos puede variar desde amarillo pálido hasta el anaranjado intenso.  Un mito extendido entre los consumidores asocia este último con el dulzor del fruto, características que en la realidad no están relacionadas. El color se debe a la concentración de unos pigmentos llamados carotenos (precursores de la vitamina A) y el dulzor a la concentración de azúcares; característica relacionada directamente con la madurez: un fruto maduro tiene más azúcares que uno cosechado en un estadio temprano.

La calabaza butternut se cultiva en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa, Mendoza, San Juan, Chaco, Buenos Aires y Santa Fe. De las 600 mil toneladas que se producen, el 95% se comercializa en el país, el 2% se exporta y el resto se industrializa.


Un poco más de info

El nombre “butternut” proviene de la descripción de Cucurbita moschata que hiciera el fitomejorador norteamericano Charles Leggett, quien dijo que sus frutos son “suaves como la mantequilla y dulces como una nuez”. En nuestro país la llamamos anco, anquito y en algunas provincias se la conoce como coreanito.

Cada argentino consume más de 15 kg de calabaza por año en sopas, purés, tartas y muchas preparaciones más ¿Cuál es tu receta favorita?


Mirá el reel